Senda solitaria
Buscando en cada grano de arena
del camino largo y espeso
solo encontré un pájaro herido
con el mismo sable que atravesó
mi cuerpo.
Oí el lamento de su quejido
manteniendo el brote de su sangre
esparcida por sus alas
sin poder contenerla por más
tiempo.
Sus ojos entendieron los míos
porque su dolor era mi dolor
y es que mis alas también
cargadas
solo hallaron la senda solitaria,
era un duelo…un
duelo de amor.
Por Mery Larrinua
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