Misión
El cofre dorado, esta vez inquieto, casi burlón sonreía. Luche tratando de quitar mi atención, nunca me resultaba fácil, una fuerza sobre natural me mantenía atada a el. Pero…lo logre.
Como pude, me aleje rápidamente. Ya mas tranquila, me asome a la ventana, atardecía, el sol luchaba para no morir con el día, me identifique con su batalla.
Salí a disfrutar de sus rayos ya débiles, mi alma entraba en un éxtasis transcendental, sentí mi cuerpo ágil.
No se cuanto tiempo transcurrió, pero al despertar del “trance”, ya estaba totalmente oscuro.
¡Había nacido la noche! ¡Hermosa noche estrellada!
Seguí caminando hasta encontrar una banca aislada. La brisa, la luna, aquellos luceros, me invitaban a buscar paz, soledad. ¡Que bien se sentía! Lejos se oía una extraña melodía. Cerré mis ojos, quería deleitarme con aquellas notas musicales. Volví a entrar en mi misma, en contacto con mi yo interno.
- aprovechemos ahora, esta dormida…yo le tapo la cabeza, tu tomas su cartera, luego corremos.
Todo hubiera sido perfecto si no llega aquel carro de policía, aquellos hombres de caras serias. Todo hubiera sido perfecto.
Abrí los ojos, casi había olvidado mi misión.
- Oficial…oficial…aquí estoy…
- No entiendo como pudo suceder, la había visto dos horas antes recorrer el sendero, el viejo camino al pueblo…
- Ya no hablemos mas de eso, llevo un mes oyendo la misma historia, las mimas preguntas…
- Es cierto, pero tal vez nunca se encuentre. ¿Supiste que la incineraron a pesar de no estar completa?
Breve silencio.
- ¡espera!, ¡mira!, ¡allá!
- ¿Qué es eso?
- ¡no puede ser! ¡Oh no!
- ¡una cabeza!
- ¡la cabeza!
…aquí estoy oficial…aquí estoy…
Al fin las autoridades pertinentes me tomaron, hicieron las pruebas necesarias y completaron el ciclo. Cerraron el caso.
Ya puedo regresar, ya la noche muere…el sol comienza a renacer…siempre hay un amanecer…
Ya puedo descansar, completa…en mi cofre dorado…
Por Mery Larrinua